Confrontación de ideas, por Javier Gallego

Esa idea que mencionas de oponer ideologías, aunque sean extremas, sería muy sana porque muchos lectores, oyentes en tu caso, no reciben bien opiniones contrarias a sus convicciones y buscan lo que quieren oír.

Eso es verdad y ahí caemos todos, yo soy el primero que reconoce ese error. Y es muy importante que nos confrontemos con la idea contraria, es muy cómodo recibir lo que tú ya sabes y reafirmarte en lo que crees. Es un trabajo que tenemos que hacer los periodistas y que muchas veces no hacemos, cuando recibimos la idea contraria es para atacarla y deberíamos tomar la distancia y decir “yo no pienso como este señor, pero quiero que tenga aquí un micrófono” porque es otra de las formas de ver la realidad. Yo tuve algunas experiencias en Carne Cruda y es verdad que hubo reacciones virulentas por parte de algunos oyentes, sin embargo, en el equipo lo hablamos y nos pareció necesario. Deberíamos hablar mucho más con el otro lado para romper con estas dos Españas de las que siempre se habla. Creo que tanto periodistas como lectores y oyentes deberíamos empezar a dudar más de nosotros mismos, me aplico el cuento. Nos cuesta oír lo que no queremos oír. Y a veces hay que hay que ser crueles, porque eso es lo que al final hace que se muevan las cosas y que se produzca el diálogo, cuando se rompe la pared y de repente dos voces opuestas pueden llegar a entenderse. Lo que pasa es que la información está totalmente polarizada, tenemos unos medios lanzando flechas a otros y defendiendo corrales políticos. Que haya periódicos que directamente sirvan de brazos propagandísticos de partidos políticos me parece la muerte del periodismo.

[Extracto de la entrevista de JotDown a Javier Gallego que podéis leer aquí]

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